14 de febrero, día que en lugar de hacerme sentir amada y alegre, hace que vea lo sola y vacía que me encuentro. Hace que me de cuenta de lo triste, amarga y solitaria que es mi vida, esta vida melancólica que vivo sin la capacidad de conocer alguna emoción que me devuelva el alma que un día me arrebataron. Y no, no os confundáis, mi vida no es triste porque no sea amada si no porque ya no puedo sentir yo ese amor, es triste porque vivo sin esa sensación por la que levantarme cada día con una sonrisa, porque vivo sin la esperanza de que un apuesto caballero me diga un te quiero, porque vivo sin ese brillo en los ojos que distingue a los vivos de los muertos, porque vivo sin alma, sin espíritu...
Puede que quizás algún día sea capaz de encontrar a esa persona que de luz a mi apagada existencia, puede que algún día vuelva a deslumbrar como en aquellos efusivos días, puede, puede que algún día pueda volver a amar..
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